La prevalencia mundial de la obesidad, caracterizada por un exceso en el tejido adiposo, ha crecido a proporciones pandémicas. Múltiples revisiones han demostrado que la acumulación de tejido adiposo en general, y en el área visceral en particular, está estrechamente correlacionada con la morbilidad y mortalidad por todas las causas. Debido a que la obesidad es un factor de riesgo importante, pero también modificable para las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, la Organización Mundial de la Salud recomienda intervenciones de estilo de vida para reducir el 5-10% el peso corporal como tratamiento para la obesidad.
La restricción calórica y el entrenamiento físico causan una reducción en el peso corporal induciendo un balance energético negativo en el cual el gasto de energía excede la ingesta calórica. Al comparar la dieta hipocalórica y el entrenamiento físico, los metaanálisis revelan que la restricción dietética tiene efectos superiores sobre la reducción del peso. Sin embargo, una creciente evidencia demuestra que el exceso de tejido adiposo visceral puede resultar en efectos más perjudiciales para la salud relacionados con la obesidad que el exceso de peso corporal. De hecho, el aumento del tejido adiposo visceral está fuertemente asociado con la resistencia a la insulina y las enfermedades cardiovasculares. Además, una reducción del tejido adiposo visceral mejora el riesgo cardiovascular y metabóico. Por lo tanto, el cambio en el tejido adiposo visceral se considera más importante que la reducción del peso en el manejo de la obesidad.
En los pacientes con obesidad, el entrenamiento físico conduce a un fenotipo metabólico y cardiovascular más saludable. Aunque el ejercicio no siempre tiene como objetivo reducir el peso corporal, el entrenamiento físico en general y el entrenamiento aeróbico en particular tienen efectos potentes en la reducción del tejido adiposo visceral.
Tanto la restricción calórica como el entrenamiento físico reducen con éxito el tejido adiposo visceral. Sin embargo, una dieta hipocalórica dio lugar a una pérdida de peso significativamente mayor, pero el entrenamiento físico tiende a mostrar una mayor disminución del tejido adiposo visceral en comparación con la restricción calórica. Esto sugiere que evaluar solo los cambios de peso corporal total podría conducir a conclusiones no aptas cuando se evalúa la eficacia de una intervención de estilo de vida en personas con sobrepeso y obesidad, porque los beneficios para la salud se producen independientemente de los cambios en el peso corporal. De hecho, incluso en ausencia de pérdida de peso después del ejercicio, los beneficios para la salud como la reducción del tejido adiposo visceral están presentes.
Durante la restricción calórica, tanto la masa muscular como la masa grasa se pierden, lo que da lugar a una disminución del peso corporal. Durante el ejercicio, sin embargo, la masa corporal magra y el volumen de plasma circulante aumentan, mientras que la masa grasa disminuye. Además, un aumento de la masa corporal magra contrarresta la pérdida de masa grasa después de 8 semanas de entrenamiento físico. Por lo tanto, el ejercicio físico reduce efectivamente el tejido adiposo visceral, además de una reducción en el peso corporal.
Aunque a menudo se prescribe una combinación de entrenamiento y dieta hipocalórica, es muy importante entender los efectos separados de estas intervenciones, ya que los efectos sobre la pérdida de peso y la pérdida del tejido adiposo visceral son diferentes en el ejercicio físico y en la dieta. Por ejemplo, una reducción del 5% en el peso corporal después de la dieta hipocalórica tiene un efecto diferente sobre el tejido adiposo visceral que una reducción similar en el peso corporal después del entrenamiento físico. De hecho, una pérdida del 5% en el peso corporal se asocia con una reducción del 21’3% en el tejido adiposo visceral después del entrenamiento físico, pero sólo con una reducción del 13’4% en el tejido adiposo visceral después de una dieta hipocalórica. Para reducir el tejido adiposo visceral un 13’4% después del entrenamiento físico, solo se necesita una pérdida de peso del 2’4%. Además, la ausencia de una reducción del peso corporal después del entrenamiento físico puede llevar a los médicos a concluir incorrectamente que la intervención ha fracasado. Eso está de acuerdo con la declaración de la ACSM sobre las estrategias de intervención física apropiadas para la pérdida de peso, que también sugieren que el entrenamiento físico conlleva beneficios para la salud más allá de los efectos sobre el peso corporal. De hecho, es probable que una reducción del tejido adiposo visceral esté presente en la ausencia de pérdida de peso después del entrenamiento físico, lo que puede conducir a reducciones en el riesgo cardiovascular y mejor en la salud metabólica. Por lo tanto, parece incorrecto recomendar una pérdida del peso del 5% para todas las intervenciones del estilo de vida.
CONCLUSIONES
El ejercicio físico, a pesar de los efectos menores en la reducción del peso corporal, tiende a tener efectos superiores sobre la reducción del tejido adiposo visceral en comparación con las intervenciones dietéticas en personas con sobrepeso y obesidad.
Esto sugiere que los cambios en el peso corporal representan un pobre marcador para la adaptación en el tejido adiposo visceral, especialmente cuando se realiza el entrenamiento físico.
Por lo tanto, debe tenerse precaución al interpretar cambios en el peso corporal después del entrenamiento físico. Las conclusiones incorrectas pueden conducir potencialmente a recomendaciones o sugerencias de que la intervención del ejercicio no tuvo éxito, a pesar de la presencia de un marcado efecto sobre la composición corporal. Por lo tanto, se recomienda establecer las metas correctas para evaluar los beneficios para la salud de las intervenciones de estilo de vida.
BIBLIOGRAFÍA
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R. J. H. M. Verheggen, M. F. H. Maessen, D. J. Green, A. R. M. M. Hermus, M. T. E. Hopman and D. H. T. Thijssen. (2016). A systematic review and meta-analysis on the effects of exercise training versus hypocaloric diet: distinct effects on body weight and visceral adipose tissue. Obesity reviews.